viernes, 24 de noviembre de 2006


Las etapas de la vida, los viajes y mis propias metas me han tenido
viviendo fuera de mi querida Barranquilla, ya son casi diez años,
en otras ciudades, la ultima en Barcelona donde me siento muy bien, pero al final de todo no hago sino añorar mi ciudad y su gente...

bueno, es claro que casi todo el mundo quiere a su ciudad, pero porque los Barranquilleros amamamos tanto a esta tierra?
¿qué hace a Barranquilla tan especial? ¿qué se extraña tanto?

Es mejor decirlo con pequeñas cosas y no con grandes teorías, esas pequeñas cosas como:

Los panes con azúcar encima:"piñitas".
Los chitos en el recreo.
Las bolas de tamarindo.
Las bolitas de coco.
Alegríiiiaaaaaa con coco y anís!!
La galleta griega.
Las empanadas de Peñita.
El olor del bollo de angelito con coco.
El matrimonio (bollo de mazorca con queso) de la Inmaculada ..
Los chicharrones de la 38.
Los patacones.
Los jugos y los fritos de las fruteras.
El sancocho de Guandú.
Mojarra con arroz con coco y aguapanela con limón bien fría.
Mango biche con sal en la puerta del colegio.
En ninguna parte hacen perros calientes, butiperros, mazorcas
desgranadas y chuzos como en Barranquilla.
Las picadas de huevas de pescado.
Los raspaos de cola con bastante leche condensada.
Los mangos del palo del vecino.
Los marañones y su semilla.
La cosecha de ciruela.
El agua de coco bien fría.
Los cocteles de camarón con costeñita bien fría en cuchilla de la
20 de Julio frente a la Heladería Americana.
El Frozomar de la Americana.
Las fogatas en Playa Mendoza.
Al día siguiente de la rumba, las cervezas en Salgar, Pradomar,
Turipaná, Puerto Velero, etc...
La vista del viejo muelle de Puerto Colombia.
La fuerza con la que el río más grande y caudaloso de Colombia (el
río Magdalena) entra al Mar caribe en Bocas de Ceniza.
La revistas del Miércoles y del Viernes en el Heraldo.
Unas cervezas bíen frias con los amigos, una tarde de Sábado en
cualquier esquina.
La fiesta del siete de Diciembre.
Un 31 de Diciembre con la familia y los amigos de toda una vida, en
el barrio en el que creciste.
Los traqui-traquis.
Las brisas en Diciembre.
La casa de los Abuelos.
La noche de Guacherna de Estercita.
Mis Carnavales de Curramba. nojooooodaaaaa que vaina esa!
Los recuerdos de Juan Mina. je je
Los recuerdos del cine Metro, el ABC, el Cinerama, el Capri.
Bañarse en los aguaceros corriendo en pantaloneta por toda la
cuadra.
Los quinceañeros con traje o vestido entero (que calor)..
Cuando patinábamos en el Parque Washington .
La Junior-manía, el Romelio y el Magnífico Metropolitano.
Las eliminatorias de la Selección Colombia en el Metropolitano "La
casa de la Selección".
Imagínate pasar DIEZ AÑOS sin cantar ni escuchar el Himno de
Barranquilla.
No puedes conducir a mucha velocidad, hay demasiadas mujeres
hermosas que mirar.
Si vas caminando, el dolor de cuello de mirar barranquilleras.
Los paseos por las tardes en el barrio Prado.
El parque Suri Salcedo y las vendedoras de dulce en Semana Santa.
Se arregla la olla de presioooooooón!..
El puente Pumarejo sobre el Río Magdalena y la visión de
Barranquilla cuando vienes de Santa Marta.
Por supuesto la Luna de Barranquilla, que en la misma noche puede
cambiar de colores de Verde a Naranja y al final Blanca.
Lo rápido que corren las nubes (pare una película en cámara rápida)
Las eternas mecedoras en las puertas de las casas y los vecinos
Saludando: Adioooooo.
El Hotel del Prado y su terraza Tropical.
El piso 26 del Barranquilla Plaza, Frogg-leggs, La Matraca, La
Quinta ...
Las rumbas en Klimanyaro
El autobus más largo del mundo: el nojoooooooooooda!
Las butifarras de Pacho Galán y el viejo aeropuerto de Soledad.
Tuti-fruti bien helado al mediodía.
La calle 76 con los carros y sus potentes equipos de sonidos a todo
Full!! ,.
La cantidad de cervecerías de la 79 con sus luces de neón azul!.
La manera tan cordial y amable como se atiende a la gente de
afuera.
Y como si fuera poco extrema la belleza y la alucinante sensualidad
de sus mujeres, las cuales abundan en cantidades increíbles.

La lista es interminable, seguro que se me quedan muchas cosas por
mencionar; por eso si vives en Barranquilla (seas o nó
Barranquillero), dale gracias a Dios.
Si no eres Barranquillero y has venido alguna vez, sé que nos
recordarás con cariño.
Pero si eres Barranquillero y estás fuera te deseo que alguna vez
puedas volver a disfrutar de éste hermoso paraíso que Dios nos creó
en el Caribe Colombiano.

Texto adaptado y completado con mucho cariño desde Barcelona para Barranquilla y su gente.